Bleach-Rol
Distrito 4 del Rukongai oeste Pop_up11

Unirse al foro, es rápido y fácil

Bleach-Rol
Distrito 4 del Rukongai oeste Pop_up11
Bleach-Rol
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Distrito 4 del Rukongai oeste

2 participantes

Ir abajo

Distrito 4 del Rukongai oeste Empty Distrito 4 del Rukongai oeste

Mensaje por Ichimaru Gin Dom Ene 22, 2012 8:07 am

Observaba el Sereitei desde lo alto de una colina, teniendo una vista privilegiada del lugar. La suave brisa mecía sus cabellos y la manga derecha del humilde kimono azul que llevaba puesto. Se cuestionó si quería seguir vivo, muriendo su alma se hubiera salvado del rencor y sufrimiento del que había sido víctima a lo largo de su tortuosa vida, muriendo limpiaría sus pecados. Pero hasta la muerte le fue negada, y ahora tenía que vivir el resto de sus días ocultando su verdadera naturaleza del mundo y cargando con el peso de sus actos, una carga demasiado grande y pesada, pero eso era lo justo. En ocasiones quiso liberar todo su poder espiritual para que los shinigamis lo encontrasen, lo detuvieran y lo ejecutaran, pero eso era demasiado fácil, si hacía eso todo por lo que había luchado, todo lo que había abandonado para un único objetivo no hubiera servido para nada. Su sonrisa burlona se transformó en una amarga y el recuerdo de sus días de infancia junto a su amiga de toda la vida acudieron a su mente. Cuando eran niños habían sido felices, verdaderamente felices, para ellos no existían los shinigamis, ni Aizen ni la Hogyoku, él solo era Gin y ella sólo era Rangiku. Bonitos recuerdos antes de que su alma quedara corrupta, recuerdos que eran sólo eso, recuerdos, un punto blanco y brillante sobre un profundo y oscuro negro. Pero quizá lo que más le dolía no era el haber perdido un brazo, ser un fugitivo o haber perdido todo lo que amaba, quizá lo que más le dolía era saber que nunca podría volver a esos días felices junto a la mujer que amaba, saber que nunca más podría volver a ser tan solo Gin.

Ese día en particular, después de casi tres años ocultándose, era el día que más se había acercado al Sereitei, y por lo tanto, era el día que corría más riesgo de ser encontrado y si bien eso nunca le había preocupado en demasía, ese día no le preocupaba en absoluto. Lo único que buscaba allí era a su amiga, su... amada, sí, ese era el adjetivo correcto. Desde que escapó de las garras de la muerte la había estado esperando, buscándola con el único objetivo de poder volver a verla. Cuando estaba cerca de ella se sentía en paz y como su carga era aliviada, la quería cerca de él... que pensamiento más egoísta e injusto, no estaba en condiciones de reclamar nada y mucho menos pedirle a ella, la persona que quizá había sufrido más con todo lo acontecido, algo como tan egoísta aquello.

Se sentó en el césped, con la esperanza de encontrarla algún día... esperanza, eso era lo único que le quedaba. Que irónico, siempre había sido ella la que lo había esperado cuando él se marchaba durante días, semanas o incluso meses sin decir a dónde iba o cuando volvería y ahora los papeles habían cambiado, todo había cambiado; ahora era él el que esperaba, una espera que se había alargado años y que él seguiría alargando hasta poder volver a ver esos ojos grises que lo conquistaron hacía tanto tiempo. Y el saber que ella lo consideraba muerto lo desalentaba poco a poco, desgastando su maltratado corazón, aunque quizá debía seguir así; si se encontraban solo volverían a sufrir, en particular ella, no era justo volver para atormentarla y querer formar parte de su vida a la fuerza otra vez. Suspiró. Rangiku era la única persona que lograba preocuparlo y atormentarlo de esa forma...


Última edición por Ichimaru Gin el Dom Mar 25, 2012 8:39 am, editado 2 veces
Ichimaru Gin
Ichimaru Gin
Exilidado - Ex Capitán 3° Escuadrón

Mensajes : 6
Fecha de inscripción : 21/01/2012
Localización : ¿Quién sabe?

Volver arriba Ir abajo

Distrito 4 del Rukongai oeste Empty Re: Distrito 4 del Rukongai oeste

Mensaje por Matsumoto Rangiku Miér Ene 25, 2012 1:28 am

No tenía idea de ya cuanto tiempo había pasado, ni siquiera sabía si me importaba, todo había perdido cierto sentido desde aquel día, las cosas no tenían el mismo brillo o era tan fugaz, saber que no volvería ser jamás era algo que terminaba con cualquiera, antes la esperanza de que algo cambiaría por más lejana, por más estúpida que fuera, tenía sentido y era suficiente, todo desde aquel día había cambiado, habían tomado sentido aunque el desenlace fuera abrupto y devastador. Es cierto que a partir de esa época las cosas habían cambiado, ya no era la tonta e ingenua Teniente del décimo escuadrón que podía esperar cualquier cosa, sin importar el tiempo, aunque claro solo alguien podía tener ese efecto en mí, ahora… las cosas eran tan diferentes, había algo en mí que faltaba, que no volvería y nunca nada podría sustituirlo, aquella persona que significaba tanto para mí, ahora más que nunca extrañaba esa sonrisa que en ocasiones podía sacar de quicio… más que nunca lo extrañaba.

Aquel día había salido del Seretei, no tenía ganas de permanecer ahí dentro, no había mucho por hacer y aún cuando fuera no tenía realmente algo que importara, simplemente no estaba de animo, algo me inquietaba y no tenía idea que fuera, quizá todo era producto del sueño que había tenido aunque sin más que pensar estaba en poco tiempo caminando en el Rukongai, en los distritos más cercanos, las familias que parecían pasarlo bien, parejas de amigos y enamorados por las calles, después de todo era de los mejores distritos, no tenían mucho de que preocuparse, el tiempo había pasado y yo seguía avanzando sin rumbo fijo, algunos se quedaban observando hacia mi persona, después de todo el ver Shinigamis por el Rukongai no era tan común y más con la haori puesta, aunque ciertamente eso era lo de menos.

Sin mucho pensarlo y sin saber con exactitud cuanto tiempo había pasado, me encontraba en el cuarto distrito, estaba un poco cansada de tanto andar a la deriva, sin embargo más nerviosa e inquieta, solo podía pensar en tenía que pasar tarde o temprano, tan solo que… no podía estar tan en paz como quisiera. No sabía si estaba saliendo o adentrándome más en el distrito, había visto el camino y lo seguí el cual me llevo hasta una zona medianamente boscosa, se veía tranquila, con suerte podría tirarme al pasto y dormir un rato bajo aquel cielo tan claro que estaba por encima.

Mis parpados se cerraron apenas soltando un ligero suspiro, aunque acto seguido me haya contrariada apenas si abrí los ojos en el aire… había cierto aroma, tan familiar aunque muy disperso, me hacia estremecer pero me mataba la curiosidad, desde donde me encontraba se podía mezclar con otros aromas más tan sencillo como el de los árboles y algunas flores que estaban alrededor, pero este era más… especial. Y cerré los ojos para intensificar más mi olfato, no podía tropezar con nada a estás alturas en el césped a cada paso subía por una especie de colina y poco a poco el olor se hacía más intenso mientras en mi mente buscaba la respuesta a ese aroma… todo lo que pensaba solo me hacía recordar a una persona, sentía el cuerpo estremecer y como mi corazón latía con más intensidad o quizá meramente una ilusión. No pude más con aquella tortura que yo sola estaba llevando a cabo, mientras más caminaba más nerviosa estaba, más deseosa y más decepcionada de mí… por pensar siquiera que fuera posible que…

Gin…

Aquel nombre que mis labios pronunciaba, aquella palabra ahogada, mi corazón se estrujaba terriblemente, sentía mi cuerpo desvanecer mientras no podía ni siquiera moverme, temía que cualquier movimiento lo hiciera esfumarse… No…no, no no… no podía ser cierto… debía de estar soñando… una mala jugarreta de mi mente… no podía creer que tuviera frente de mi aquel hombre por el cual había llorado tanto… aquel que tanto significaba para mí, al que solamente había podido amar de esa manera…

A pocos metros de mi aquel hombre sentado en el césped, permanecía de espaldas, parecía ser tan bella y cruel ilusión que hacía estremecer mi cuerpo, humedecer mi mirada, sin poder pronunciar palabra alguna, aquel hombre vestido de kimono azul, me recordaba al viejo e infantil Gin, a cuando lo había conocido en el momento que pense que todo había acabado para mí, en el mismo día que él pudo tranformar ese pensamiento... ahora solo debía estarlo imaginando de esa forma pero el color de su cabello, su aroma...
Matsumoto Rangiku
Matsumoto Rangiku
Capitán 5° Escuadrón

Mensajes : 38
Fecha de inscripción : 26/05/2011
Edad : 35

https://bleach-rol.foroactivo.mx

Volver arriba Ir abajo

Distrito 4 del Rukongai oeste Empty Re: Distrito 4 del Rukongai oeste

Mensaje por Ichimaru Gin Miér Ene 25, 2012 11:10 am

Observó el sol en lo más alto del cielo, con su magnánimo e imperturbable curso, adornando todo lo conocido con su magnifica y cálida luz, dejando sinuosas sombras sobre la hierba y, sin quererlo, trayendo más recuerdos a la mente de aquel atormentado hombre, recuerdos de días como aquel, de días felices, dónde solo veía su sonrisa, donde solo sentía el sonido de su voz, la suavidad de su cabello y su embriagante y afrodisiaco olor. Inspiró con fuerza, intentando inútilmente que sus fosas nasales recordaran ese aroma que sentía cuando, sin ningún tipo de pudor, recorría su cuerpo en fugaces encuentros nocturnos. Por un momento creyó que su mente lo traicionaba y le jugaba una vil broma, haciéndole sentir olores que creía extintos y negados hacía su persona, haciéndole sentir SU olor. Sí, ese aroma era como un cálido abrazo que lo rodeaba cada vez con más intensidad y suavidad, sentía como en mundo de oscuridad en el que estaba obligado a vivir se tornaba más claro, marcado con brillantes y alegres pinceladas de color, sentía como volvía a la vida, traído de las entrañas del infierno... pero muy a su pesar sentía que eso no era más que un sueño, un bonito sueño del que no quería despertar nunca. No quería moverse, temía que con tan solo un movimiento todo aquello que había anhelado durante tanto tiempo volviera desaparecer tan rápido como apareció, dejándolo otra vez sumergido en esa inquebrantable y perpetua oscuridad.

No sabía si maldecir su mente por ser consciente de que al abrir los ojos sentiría la desilusión -incluso desesperación- que se siente cuando despiertas del sueño más hermoso o, por el contrario, agradecerle por concederle el bello deseo de sentir una parte de ella cerca de él.

Por primera, vez desde que burló a la muerte había perdido por completo ese continuo estado de alerta al que se había sometido. Y quizá, de haberse mantenido atento hubiera escuchado un susurro y unos silenciosos pasos tras él.

Se incorporó, decidido a acabar con esa deliciosa tortura que era sentirla junto a él y saber que no era más que una jugarreta de su mente.

-Gin... - se heló y juró sentir como la sangre dejó de ser bombeada por su corazón, para después, también por primera vez, sentir como la sangre empezó a ser bombeada a toda velocidad por sus venas, creyendo que el corazón acabaría por salírsele del pecho.

Un ligero, casi imperceptible, temblor lo invadió.

Ahora estaba seguro, maldecía a su mente, ya había jugado demasiado con sus emociones y aun así no se sentía satisfecha y tenía que volver a manipularlo haciendo sentir su voz, que cruel.

Se giró lentamente, tan lentamente que parecía que nunca iba a acabar de darse la vuelta. Sabía que al girarse ella no estaría allí y la soledad y desesperación volverían a envolverlo como un manto de pinchos, reabriendo un número incontable de heridas que él mismo se había obligado a cerrar. ¿Desde cuando era tan pesimista? Finalmente entreabrió los ojos dejando expuestas –como en contadas veces- sus azules orbes.

Estaba allí. Parada frente a él, mirándolo con esos ojos grises que lo hacían enloquecer. Su brillante y perfilado rostro, dándole el aire del ángel más hermoso y su cuerpo, un cuerpo que jamás confundiría. Era ella y estaba allí, delante suyo, mirándolo con los ojos humedecidos, con absoluta sorpresa, temor e incluso alegría, sentimientos que en esos instantes eran compartidos.

¿Su espera había dado resultado? Ese ángel frente él era ella, de eso no había duda. ¿Entonces que era aquello que sentía dentro del pecho? Era como si le estrujaran un corazón que había descubierto hacía poco. No quería creer que aquello solo era una invención de su mente, un sueño, y que cuando la tocase desparecería como el humo. Pero parecía tan real...

La había esperado durante tanto tiempo, pero ahora que la tenía frente a él no sabía que debía decir o que hacer, las palabras morían en su garganta, dejándolo incapaz de decir nada. Y al final, solo pudo decir una única palabra, la única palabra que había dicho por voluntad propia, incontables veces en su perpetuo y oscuro mundo de soledad, amargura y desesperación.

-Rangiku...
Ichimaru Gin
Ichimaru Gin
Exilidado - Ex Capitán 3° Escuadrón

Mensajes : 6
Fecha de inscripción : 21/01/2012
Localización : ¿Quién sabe?

Volver arriba Ir abajo

Distrito 4 del Rukongai oeste Empty Re: Distrito 4 del Rukongai oeste

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba


 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.