Observando...

Nuevamente me encontraba sobre el Domo, el cielo sigue igual y no ha cambiado en más de 1000 años. Suspiré y dirigí mi vista hacia el horizonte, en el cual no había nada. Me senté y dejé mi Zanpakutou a mi lado pero sin dejar de sujetarla. Con nostalgia recordaba cuando habían varios hollows rondando por aquí. Si bien el terreno había cambiado mucho, en mi mente seguían las imágenes de aquellos que alguna vez caminaron por aquí. Mientras pensaba me recuesto y dirijo mi vista hacia el cielo, precisamente a la "luna". Habían pasado al menos 1000 años desde la última vez que fui al mundo humano, en aquella época, ese mundo estaba hecho un desastre... Me pregunto como seguirá ahora... tal vez ha mejorado... o empeorado... De todas formas algún día tendré que ir y observar...

¿Qué será de ese mundo ahora...?

Pensaba mientras trataba de recordar aquellos días que viví como humano. Nuevamente suspiré y volví a observar el oscuro cielo.

- lo que yo no entiendo es cómo no podemos dejar de preguntarnos sobre ese mundo-

Al parecer no era la única alma en pena merodeando el espectacular domo de Las Noches, la voz profunda y elegante de la Primera Espada interrumpió el soliloquio del pelinegro
Sus ojos azules brillaban con el mismo fulgor mistico de la Luna, esa Luna que siempre se burlaba de ella y de la existencia de todos bajo su brillo.

- todos estan obsesionados con èl ...- continuò en un tono amargo y on cierto rencor

Pasaron por mi mente todos aquellos días en los que viví junto a mis amigos humanos. Ciertamente recordarlos no me producía tristeza, sin embargo es mejor así, pues ahora están en un lugar mejor que el Mundo Humano, el cual con los años se ha ido corrompiendo cada vez más, todo por culpa de unos pocos con complejos de grandeza y la necesidad de ser superiores a los demás. En eso sentí una presencia familiar, la Primera Espada había aparecido al preguntarme en voz alta qué sería del mundo humano. Inmediatamente cerré mis ojos al tiempo que decía no entender cómo no dejar de preguntarnos acerca de ese mundo.

Eso depende de cada quien...

Le dije con una voz calmada y serena mientras dirigía mi rostro hacia ella. La chica hizo una larga pausa antes de continuar diciendo que todos están obsesionados con él con cierto disgusto.

No permitas que tu alrededor te fuerce a la confusión... Obsesión y curiosidad no son lo mismo...

Le dije con la calma habitual de siempre.

Y quien en su momento no pudo evitar sentir esa confusión?, al despertar en un lugar como éste donde nada lo es todo y donde todo es absolutamente nada.

-pero hay una delgada linea que los separa -, respondió más para sí misma que para el otro Arrancar.

Dejo que el viento muerto de Hueco Mundo le refrescara el rostro, cerrando los ojos ante la luna menguante por unos segundos, luego volviéndolos a abrir con ese brillo peculiar se giró a la Fraccion para obvervarlo con especial atención, dejando que el silencio los invadiera una vez mas

Luego de haberle respondido a la Primera Espada, ella continúa diciendo que hay una delgada línea que los separa. Dirigí mi rostro hacia arriba donde se encuentra el cielo, porque de todos modos con mis ojos cerrados no era necesario estar frente a ella para hablarle. Di un ligero suspiro y le dije:

La curiosidad es el deseo de conocer, averiguar o experimentar algo desconocido... La obsesión es una idea terca que nos sume en preocupación moral y corta la voluntad...

En eso, una brisa pasó haciendo que mi pelo se moviera ligeramente y las puntas de mis orejas tiritaran un poco. Ciertamente este lugar es el más calmado aquí en Hueco Mundo, si no es el único... En eso le pregunté con serenidad al tiempo que sacaba mi armónica:

¿Quisieras escuchar una canción?